Cada 28 de mayo se celebra el Día Mundial de la Nutrición, una iniciativa de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, que surgió en 2002 y enseguida tuvo el apoyo de otras instituciones.
“La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades del organismo, y una correcta nutrición es un factor fundamental para la buena salud”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La OMS aclara, también, que una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad.
Actualmente somos víctimas de una vida acelerada que nos impulsa a querer resolver todo a corto plazo, sacrificando también aspectos importantes para nuestra salud como es la alimentación. 
Por lo general este habito que se genera en respuesta al factor tiempo, es el de comer con rapidez haciendo simultáneamente otras cosas y escogiendo alimentos con escaso o nulo aporte nutricional
La industria de productos procesados, así como los servicios de comida rápida, han aumentado de forma exponencial en los últimos años, trayendo consigo numerosas consecuencias a nivel de salud como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades metabólicas, autoinmunes, intolerancias, enfermedades cardiacas, alergias, etc.
Les recuerdo que todo este cuadro poco saludable, también reduce la eficiencia de nuestro sistema inmunológico y nos hace más vulnerables frente a patologías de origen viral como es el caso del coronavirus.
La nutrición se refiere a la ingesta de alimentos en relación con los requerimientos individuales de cada persona y los desequilibrios que se presentan cuando se habla de este tema pueden ser debido no solo a la aumentada ingesta calórica sino también a la carencia de nutrientes.
Lo ideal es que todos nos alimentemos en base a lo que necesitamos. Es aquí donde aparece la figura del nutricionista que nos presta asesoría y orientación con el fin de prevenir malestares o enfermedades que puedan verificarse en el tiempo.
El problema nutricional radica desde la época de la infancia, en donde no se aplica una adecuada educación alimentaria, sino que simplemente se toma este tema muy a la ligera porque se piensa que los niños no resultan afectados por lo que comen, sin saber que la mayoría de las veces van desarrollando una condición que los predispone a enfermedades de carácter crónico.
Es durante la infancia que se fijan los hábitos alimentarios y si no se establecen de la forma adecuada, será más complicado cambiarlos más adelante. A esta edad es importante enseñar el valor de los alimentos nutritivos y no acostumbrar a los pequeños a consumir azúcares, productos procesados enriquecidos con aditivos químicos y conservantes y tampoco grasas saturadas al igual que todo aquel alimento que pueda parecer atractivo a la vista pero que resulta perjudicial para la salud.
Les recuerdo que esta es la etapa de crecimiento y desarrollo y se requiere de una alimentación rica en macronutrientes de calidad, así como de vitaminas y minerales, pero para que todo esto resulte, es necesario que los padres den el ejemplo y construyan bases sólidas para que el niño aprenda. Existen diversas técnicas didácticas que pueden ser divertidas para que los niños amen los alimentos (sobre todo los vegetales)
El día mundial de la nutrición está diseñado para cuidar y concientizar a toda la familia y de esta forma a las comunidades y a la población entera.
Comencemos a aportar cambios en nuestros hábitos alimentarios y en nuestro estilo de vida, no esperemos a que la enfermedad nos sorprenda.
¿Qué podemos hacer al respecto?
- Debemos remover todo alimento que sea inflamatorio (gluten, lácteos), procesados, grasas saturadas, alcohol, azúcares y edulcorantes
- Incorporar más frutas y vegetales
- Consumir macronutrientes de calidad (carbohidratos, proteínas y grasas saludables)
- Procurar comer en casa o llevarnos al trabajo comida saludable hecha por nosotros
- Tener un horario preestablecido para nuestras comidas, un espacio en que podamos desconectarnos del resto de las actividades con la finalidad de concedernos un tiempo valioso para nuestra salud.
- Tomar agua de forma constante asumiendo la mayor cantidad lejos de nuestras comidas.
- Evitar saltar las comidas o sustituirlas con jugos y batidos.
- Tener un control de nuestros valores sanguíneos haciendo nuestros exámenes de sangre una vez al año o según lo que requiera cada persona.
- Apoyarnos con un nutricionista para solicitar ayuda y asesoría
Fuente: Revista Alimentación Cuántica
