(Fuente: Hub News) Septiembre mes de los océanos y una buena manera de comenzar hablar de ellos, es a través de la industria del turismo donde no solo podemos conocerlos sino entender que también son una fuente económica sostenible para un país.
“Nos vamos de viaje, estamos haciendo nuestras reservaciones de hotel y paseos, y debemos seleccionar habitación frente al mar o frente a la ciudad” ¿Cuántos de nosotros seleccionamos habitación frente al mar? O ¿Cuántos nos sentimos atraídos por un paquete turístico que ofrezca recorrido en arrecifes de coral, islas vírgenes, avistamiento de ballenas, o desfiles de especies que solo en películas se conocían?
Esto y mucho más, es lo que se denomina TURISMO AZUL o BLUE TOURISM donde se integra agentes de distintos sectores, como el hotelero, náutico, profesionales de ciencias oceánicas e incluso las comunidades pueden convertirse en valiosos guías de Turismo Azul al ser los que mejor conocen algunas ruinas sumergidas o los siempre impactantes arrecifes de coral.
Así, el Turismo Azul se transforma en una herramienta ideal (y más ahora en tiempos de pandemia) de desarrollo económico, social y ambiental; aprovechando de promover los recursos oceánicos de la zona, revitalizando la oferta turística, además de integrar a los turistas con el ecosistema marino que tanto es necesario.
Una gran iniciativa es conocida como Mapping Ocean Wealth (MOW), desarrollada por la asociación The Nature Conservancy, el Banco Mundial y otros asociados, esta iniciativa proporciona números globales amplios a detalles locales específicos, lo que permite evaluar la naturaleza como un activo económico. Las investigaciones y modelos innovadores de MOW revelan que cada año se registran 70 millones de viajes a zonas donde existen arrecifes de coral en todo el mundo, convirtiendo estos lugares en un poderoso motor turístico. Los arrecifes de coral representan aproximadamente USD 36 000 millones anuales en valor económico para el mundo. De ese monto, USD 19 000 millones se originan en el verdadero turismo “de los arrecifes” como el buceo, el esnórquel, la navegación en botes con fondo de vidrio y la observación de la vida silvestre en los mismos arrecifes. Otros USD 16 000 millones provienen del turismo en las zonas adyacentes a los arrecifes, que abarca distintas atracciones como playas y vistas panorámicas, restaurantes especializados en mariscos locales, surf de remo, entre otras.
Valorar la naturaleza no es nuevo, pero definitivamente este tipo de conocimientos nos ayudan a visualizar lo que naturaleza nos ofrece como fuente de desarrollo y estabilidad, y como he mencionado ahora más que nunca donde por la situación de la covid-19 el turismo interno es la apuesta de los próximos meses, aprovechar nuestros océanos, conocerlos, saber de ellos, su historia, sus especies y promoverlos, es parte de lo que debemos comenzar a tomar en cuenta cuando decidamos tener unas vacaciones de fin de semana o de verano.